
Siete tantos en la Copa Libertadores del año 1990 y cuatro más en la disputa de la Supercopa del mismo año. La carta de presentación del delantero franjeado Adriano Samaniego eran los goles. Y mediante ellos, el zurdo goleador franjeado puso a Olimpia en el situal más alto del fútbol continental.
Adriano Samaniego siempre fue un goleador, según recuerdan aquellos que lo vieron crecer como futbolista hasta convertirse en estrella, ya desde sus primeros pasos en la Escuela de Fútbol del Olimpia y hasta sus últimos años de carrera futbolística.
Lo llegaron a apodar “Samaniegol”, a manera de juego de palabras que lo unía a su oficio goleador. De sus tantas conquistas, las obtenidas en la Copa Libertadores de América en 1990 siempre tendrán un sabor más especial.
Adriano Samaniego siempre fue un goleador, según recuerdan aquellos que lo vieron crecer como futbolista hasta convertirse en estrella, ya desde sus primeros pasos en la Escuela de Fútbol del Olimpia y hasta sus últimos años de carrera futbolística.
Lo llegaron a apodar “Samaniegol”, a manera de juego de palabras que lo unía a su oficio goleador. De sus tantas conquistas, las obtenidas en la Copa Libertadores de América en 1990 siempre tendrán un sabor más especial.
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